El consumo
energético bruto en la Unión Europea, que refleja la cantidad de energía
necesaria para satisfacer la demanda interna de la UE, registró en 2015 su
nivel más bajo desde 1990, aunque los combustibles fósiles siguen siendo
"de lejos" su principal fuente de abastecimiento.
Según los datos publicados por la oficina de
estadística comunitaria, Eurostat, la UE consumió en 2015 el equivalente a
1.626 millones de toneladas de petróleo, un descenso del 2,5 % respecto a 1990
y una caída del 11,6 % respecto al pico anotado en 2016.
Sin embargo, casi tres cuartas partes de esa energía
proviene todavía de los combustibles fósiles (73 %), si bien ese capítulo
también se redujo frente al 83 % de 1990, precisó Eurostat.
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