Greenpeace señaló este jueves que la factura de la luz se reduciría un 34% con un sistema eléctrico cuyo 95% de la producción procediera de fuentes renovables y destacó que las energías limpias son “la fórmula de un futuro sostenible tanto para el medio ambiente como para la economía y los ciudadanos”.
La ONG incluye este dato en su informe ‘La recuperación económica con renovables’, difundido después de que el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, haya señalado que el recibo de la luz será este año unos 100 euros más caro.
“Las subidas de los precios de la electricidad en España durante la ola de frío que vivimos ha sido la gota que colma el vaso de los despropósitos del Gobierno en materia energética”, indicó Greenpeace en un comunicado, en el que acusó al Ejecutivo de defender “los intereses de las empresas eléctricas y sus ingresos frente a los de la ciudadanía”.
"El Gobierno no aceptará ninguna medida que reduzca las facturas de la luz, lo ha dejado claro en muchas ocasiones, y esto implica poner barreras a las renovables, al autoconsumo y al ahorro de energía, así como cualquier forma de participación de la ciudadanía en las decisiones energéticas.
En estos días vemos con claridad el resultado en los bolsillos de los consumidores de una política energética ciega ante las necesidades de la ciudadanía y que sólo responde a los intereses económicos de las eléctricas. Lo que no vemos aún son los impactos sobre la salud y la economía que provocará el cambio climático si no abandonamos las energías sucias.
Es inaceptable", declaró Sara Pizzinato, responsable de la campaña de energía de renovables de Greenpeace. La organización indicó que “una política energética que prefiere las energías obsoletas y contaminantes tiene un impacto directo en las facturas de los hogares impidiendo que se beneficien de las ventajas ambientales y económicas de las dos mayores oportunidades energéticas de España: las renovables y la racionalización de la cantidad de energía”.
“Si el Gobierno quiere crear crecimiento, empleo y facilitar la vida de los ciudadanos, debe renunciar a su apuesta por mantener energías sucias, caras y peligrosas como la nuclear, el carbón y el gas, así como a las prospecciones de petróleo y el ‘fracking’, y devolver el liderazgo al desarrollo de las energías limpias y el ahorro de energía”, apostilló.
Greenpeace recalcó que la población más vulnerable estaría entre los más beneficiados por un modelo eléctrico basado en renovables porque habría un ahorro medio de un 34% en la factura energética de los hogares en 2030 en comparación con 2012 si el sistema eléctrico se basa en un 95% de fuentes renovables, que, además, reduciría en un 75% las emisiones de dióxido de carbono del sector energético
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